Por Maximiliano Noce, Gerente de Ingeniería y Servicios de Licencias OnLine
Según Gartner un tercio de las empresas aún utilizan Windows XP en más de un 10% de sus sistemas, a pesar de que Windows ha anunciado el fin del soporte oficial a este sistema operativo el 8 de abril. Si analizamos este número en relación con América Latina este porcentaje es mayor ya que la incorporación tecnológica es más lenta.
Son muchos los riesgos que conlleva seguir manteniendo este SO y, en caso de requerirlo, Windows ofrece soporte técnico a un costo mucho mayor. Frente a estos impedimentos es totalmente recomendable que las organizaciones emprendan un plan de migración a Windows 7 u 8. Para lograrlo con éxito, utilizar la virtualización de escritorios (VDI) es una excelente opción a tener en cuenta.
Con VDI todo el ambiente del escritorio –SO, aplicaciones y archivos- se almacenan y entregan desde el centro de datos. De esta manera, se crea una experiencia de usuario sin quiebres que hace que los contenidos se hagan accesibles desde cualquier dispositivo de los empleados, otorgándoles así la flexibilidad y productividad de incorporar, incluso, una estrategia BYOD (Bring Your Own Device).
La implementación de una estrategia de virtualización que concluya en la incorporación de BYOD en su empresa es un proceso largo que puede realizarse por etapas. Esto reduce los costos y permite una implementación más ordenada. Podríamos separar estas etapas en 3: virtualización de escritorios, virtualización de aplicaciones y, finalmente, otorgar acceso a todas las aplicaciones desde cualquier dispositivo móvil personal.
Primera parte: ¿Por qué considerar VDI para migrar de Windows XP a Windows 7 u 8?
La virtualización se centra en el server y no en la computadora física, por lo que la configuración y administración de la migración de SO y las actualizaciones se vuelve más rápida y sencilla ya que todo se gestiona desde una consola central y haciendo una única instalación cuya imagen luego se copiará a las demás máquinas virtuales. Esto reduce drásticamente el tiempo necesario para restaurar el servicio y se simplifica el despliegue de nuevos sistemas operativos.
Por otra parte, la virtualización permite aprovechar al máximo los recursos de hardware existentes, reduciendo considerablemente los costos de adquisición de nuevos equipos que podrían ser necesarios en caso de migrar a la manera tradicional.
La virtualización también permite reducir el costo operativo ya que los mismos beneficios que ofrece para migrar de un SO a otro también se trasladan a la administración diaria de los equipos de TI. Al simplificarla, los recursos pueden gestionar una mayor cantidad de máquinas virtuales que equipos físicos reduciendo los costos de mantenimiento de los equipos.
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